domingo, 28 de junio de 2020
Mis ficciones postales en "Moradas del sueño"
Moradas del Sueño
ficción postal
reseñas y presenatción de mi libro "Palabras nómada"
Palabra Nómada
Poemas rupestres
Se dice que las cuevas son la únicas rupestres y en este poemario escribo que hay más formas, versos que salen de estas pinturas ancestrales.
Así como recolecto el néctar que las Diosas. He navegado desde mi prime rostro hasta el que ahora tengo.
Apunte nómada para una poética rupestre.
El oficio de la palabra./Más allá de la pequeña miseria/Y la pequeña ternura/ De designar esto o aquello. Es un acto de amor:/Crear presencia./ (Juarroz, Poesía vertical)
Hace unos dos años aproximadamente recibí un regalo que me acompaña, abrí sus páginas al azar. Leí unos versos que tienen una constante coordenada en mi danza de palabras hacia el origen:/ Porque hay un huerto detrás de tu ventana. Un Edén habitando un árbol. Un fruto en cada hoja transitada. Escribir es morder el paraíso/ La autora de estos versos de luz es Jenny Asse. Sentí que hilvanar su poesía en mi urdimbre de palabras era recordar algo de mi que en la urdimbre visible no estaban, en la urdimbre invisible siempre estaban. Entonces recordé que mi nombre “Edna” según mi papá, significaba edén y un jardín y una fuente que rejuvenece. Así descifrando nombres, como en “letra ferit” (heridas de la letra) mi padre tal vez creía que me contaba a través de mi nombre el suyo, sus nombres a través de tiempo, pero yo aún no sabía de dónde veníamos ni cuál era el misterio. Por lo que de forma mágica, casi cortázarianamente, como en la danza chiquita de un cronopio pequeñito que busca la llaves en la mesa de luz, me he encargado de descifrar -de algún modo- este enigma, este enigma para un limón, un limón caído del edén que está tras la sencilla ventana de mi cabaña.
Bien pues ahora devanaré mi apretado destino para deshilar y compartir trama de cómo llegué al espacio del proceso creador hacia la poética rupestre. Una mañana fresca y buena sentí que unas manos rupestres escribían el ritual de sus días, y fue en ese instante donde recibí la señal: yo escribiría lo que las rocas en sus rostros extraños me señalaran. Escribiría lo que el pasaje nítido de la mente clara me dictara. En este sagrado día también decidí que mi voz fuera/sea como una ofrenda al gozo, por la divina puerta que se me abría : la puerta de la palabra,Pero cómo llegué a esta cueva? Qué miraron mis ojos aceituna? (me preguntó la poeta mariana b. aquel año mágico mileno del 2000 al presentar ella mi libro: “jardines para hada desnudas”) qué o cómo: ¿hendidura, intersticio, hondonada? Solo puedo abrir los ojos y decir que me sentí dentro de un refugio muy antiguo que siempre había estado allí, que el viento en su rumor me aventó.
Unos trazos que emergieron de la reminiscencia o de la mirada aceituna, no sé, pero es visible, mi escritura rodó, y me mostró que si el ego para su frenética lucha, mi verdadera sabiduría y naturaleza emergen, para traducirse y decir en un lenguaje crepuscular: el amor que nace en mí por la naturaleza, por el refugio de nuestra casa azul- la Tierra. Y dentro de este refugio el lenguaje crepuscular es sutil y posible. Gracias a la vida podemos reconocer que las emociones o sufrimientos son solo adornos del estado natural de la mente.
Así de este modo mi poética rupestre solo retorna al origen sobrio, al sencillo reino de lo “elemental”: del fuego, aire, tierra, agua y el espacio. Es este movimiento del ser, mi espíritu día a día trabaja por atender, por “leer la naturaleza, leer la realidad tal cual es, en su divina perfección original, con dichas y desdichas.
Así caminé con mis dos sandalias de cielo (como le pidió Yanis Ritsos a su hijita recién nacida: duerme/ crece pronto: que sólo tienes dos sandalias de cielo para nadar/) Yo no soy hija de Yanis, pero si fui de Enrique y creo que a su modo me dijo lo mismo. Bien pues con estas sandalias subí a la Sierra (literalmente la Sierra de San José de Cabo) y allí empezó el peregrinaje: nos asentamos nómadamente (Xavier y yo) en un gar, que en tibetano significa eso mismo: campamento nómada. Saqué la nariz, abrí lo ojos –aún mas- y me dije: voy a leer mi naturaleza: la de mi mente indómita, la de mi corazón bueno, la de mi corazón tribulado. Aquí leeré mi naturaleza,
¿Qué más será la poesía? sino esta continúa lectura de nosotros mismos, de la voz que a veces también nos habita, de nuestras imágenes rupestres. Voy a leer la naturaleza volví a decirme cuando miré ese cielo nocturno: y una bóveda celeste completa se desplegó ante mis ojos, y estrellas de las fugaces me decían: esta es la corona, es el mapa de las coordenadas hacia los puntos de luz: únelos. Con estas señales celestes voy de roca en roca, de encuentro en enigma, de enigma al encuentro de los limones de mi huerto tras la ventana.
Al sentir esta noble responsabilidad hacia mis lecturas y mis palabras, deje ir –aún lo hago- la lucha, la lucha frenética de mi ego para poder lavar mis palabras y dejarlas como una roca que nace poema, tras tallar, tallar. Ahora sé que lo que llamo poesía rupestre, se lava con sal de mar, y permanece en su “blanco principio” (como Edmond Jabés anota) para encausar ríos, ser agua que salte entre rocas, fluya hacia las manos de quien la tome. Pero las señales son la imagen que la poética rupestre encuentra a su paso. Inspirada obviamente en nuestras hermosas pinturas rupestres mexicanas, elegí su esencia para recrear lo que estaba viviendo en mi paraíso rupestre. Pasé unas noches cerca de una roca milenaria que en sueños me presentó imágenes de su historia.
Nada hay más misterioso que los sueños: esa frontera; esa otra puerta. Esas señales se atienden con la presencia. No me asombró pero me llenó de alegría que en la obra más reciente de Cees Nooteboom que por cierto escribió Hotel nómada, él concibe Cartas Poeseidón, después de hacer caso a una servilleta hallada en el restaurante que eligió para comer una tardecita de viaje, él lee estas señales y dice que las atiende. Yo sólo me estremecí al poner mi mano en la roca “manitas” una rupestre de la sierra de los cabos y noté como mis dedos embonaron perfectamente con la imagen allí trazada. Soñé desde entonces con mi propia “tribu de palabras” como me señaló el poeta paceño Christopher Amador. Sólo toqué la roca en una danza de hadas desnudas, sentí una raíz y empecé a recordar que ser nómada sólo era retornar la mirada para recolectar, habrá que adentrarse en la esencia del poeta recolector de nutricias imágenes que caen como el fruto de la experiencia de quien como un mango o ensaliva un limón. Nutrir la cueva con frutos del edén: ciudades, pueblos, hermanos, hermanas, humanos, casas, cabañas, moradas, miradas, ríos, montañas, o desayunos en el péndulo antes de entrar a labrar palabras con mis alumnitos pequeños: nómaditas incipientes con quienes llenamos cuadernícolas. Recolectar un sinfín de postales misteriosas o de ballenas con sifón, recolectar ecos reminiscentes, de rostros primigenios, de manos que como geografías sutiles emanan coordenadas, senderos como los de Oku andados por Matsuo Basho:
/Los meses y los días son viajeros de la eternidad. El año que se va y el que viene también son viajeros. Para aquellos que dejan flotar sus vidas a bordo de barcos o envejecen conduciendo caballos, todos los días son un viaje y su casa misma es el viaje./
RESEÑA/ TEXTOS DE MIS PRESENTADORES/
/al atardecer en el bosque todo florece y justo en este momento, por todos lados está la luz de la luna./Los tres mundos son atraídos por su forma, los dioses,los hombres de la tierra,todos ellos se llenan de felicidad./ Lo invocamos con amor a través de las nueve emociones/a las gopis da amor, a todas ellas mantiene juntas./ Lo adoramos pues es un ser travieso, muy hermoso, así es él, el Sr.Krishna, el que toca la flauta y cuida de la vacas, aquél que levantó la montaña/ ¡sí a èl lo adoramos!./
(aplausos)
(texto leído por el poeta José Vicente Anaya para la presentación de ese poemario en Casa del Poeta)
reseña: libro poemario "Pasaporte nirvana"
Poemario
Pasaporte Nirvana
Poema de Pasaporte nirvana.
La mirada azafrán del Mono oteaba.
¿Quién escucha tu corazón en escombro?
El viento viene en ceniza,
es la voz del terratrémol
¡Clamor de compasión a los Budas!
Gotas de su corazón se derramen en néctar.
Brote la voz que resurge en el mantra
¡Nepal, espejo del cielo¡
los puentes se tiendan hacia ti
renazca tu gran corazón de nirmanakaya
Retorna en mandala,
el puente hacia:
el agua
la tierra
el fuego,
el viento
de lo inconmensurable.
La poeta Jenny Asse al presentar Pasaporte Nirvana, da este breve recorrido por mi poemario, buen viaje.
Termino de leer Pasaporte Nirvana, cierro los ojos para mirar mi mente, el espacio es abierto por las palabras, el espíritu se cierne calmo, la poesía ha logrado abrir los surcos y las rutas por donde transitar para allegarse al tiempo iluminado.
El poemario surge de la destrucción de Nepal y sus lugares sagrados, el peregrinaje comienza, se requiere de una larga reflexión que reconstruya el espacio de lo sagrado y la fe en el viaje.
El silencio brota de las ruinas y es espejismo donde mirarlo todo incluyendo al alma propia, y el alma de las presencias y de los pasos. Las palabras del poema surgen ahí como meditación profunda que alega la reconstrucción de todo lo perdido.
¿Lo sagrado puede destruirse? ¿Se posa en un espacio-tierra? o es siempre un más allá, el instante de lo otro que con suerte puede alcanzarse en algunos momentos de epifanía.
En todo caso Edna propone: lo sagrado es la palabra, y sobre todo la palabra nómada, la que es capaz de cruzar los territorios del más allá, y para traerlos al más acá, los agrado es el poema porque vuelve a unir las piezas de lo caído y nos permite ver la completud.
Lo sagrado es también el viaje porque es la vida y sólo desde ahí se puede alcanzar la trascendencia.Pero la trascendencia o la visión de lo trascendente no es un regalo gratuito, es un estado mental que se apoya en lo infinito-nada después de realizar el viaje con disciplina, con amor, atravesando puentes y creándolos con la luz-palabra del hondo silencio interior; es así comos e accede al Nirvana.
La propuesta es paradójica; viajar para llegar a la estancia perpetua, llegar al silencio a través de la palabra consciente, palabra luciérnaga que enciende el Nirvana en nuestros corazones.La visión sagrada del espacio, nos dice Edna, no está en el pensamiento sino en el corazón, muchos demonios habrán de ser conquistados: la ira,el miedo, la angustia.
Transfigurar la mente para revelar el sueño y la revelación como primer hogar donde cada cosa tiene su santo lugar.
La Poesía de este hermoso libro, nos remite a la sagrada hora de la creación ahí donde todo es iluminado por la primera luz, hacía ahí deben dirigirse nuestras miradas, ejercicios y anhelos. Edna escribe: donde se unen la quietud y el espacio se abre el pasaporte hacia el nirvana, pero el mapa para acceder a él somos nosotros mismos.
Y nos dice: La palabra NIRVANA SE ESCAPA COMO ELEMENTO PURO, RENACE EN EL BAMBÚ oculto de la mente fresca,flexible, fluyendo fuera festeja feliz, finalmente.
Toda esta búsqueda que se da entre la palabra poema, y el silencio mental apunta hacia la Eternidad, pero la eternidad puede misteriosamente posarse en el poema.
En este poemario viajamos por las rutas que ella ya ha recorrido para entregarnos este pasaporte infinito.
La imágenes del pasaporte Nirvana son imágenes luminosas, que nos van abriendo la conciencia hacia ese otro estado del alma donde reina el Nirvana aquí y ahora, más allá de la tempestad del terrátremol y de las ruinas desde donde se parte. Si los espacios sagrados son destruidos es precio viajar para darnos cuenta de que el espacio sagrado habita en nosotros mismos.
Para llegar ahí es necesario el pasaporte del poema gracias al cual el dolor queda siempre más allá cuando se retorna a la página solar donde emana la calidez del viento interior.
Con Pasaporte Nirvana el viaje comienza desde la primera página y el destino que promete se cumple.
Me gusta la poesía que es reflejo donde se entrelazan el trabajo interior y el conocimiento y el trabajo con la palabra para que ella pueda transitar de una conciencia a otra para despertarla, para abrir la visión de ese más allá que se encuentra aquí en la revelación del espacio eterno.
/¿Reconoces el silencio?/ es el primer sello del viaje/ es el silencio tu pasaporte al nirvana/
Gracias Edna por este silencio que se transforma en poesía, por esta poesía nómada que anda por los espacios blancos de la mente, para entregarnos la transparencia. Por esta transparencia por donde podemos mirarlo todo, por esa mirada humilde que al reconocer la grandeza, re-engrandece lo mirado.
Gracias por este pasaporte de palabras que engendra la esperanza de arribar a buen puerto; la plenitud del instante desde donde se reconocen y se aprecian las aguas celestes de lo eterno.
con la poeta Jenny Asse Chayo |
Reseña de mi libro "Enigma para un limón"poesía cítrica
Poesía cítrica
Enigma para un limón
“El enigma sigue verde”.
Tal vez sea sólo un limón, lo exprimimos así gota a gota, verde gotear. Y el enigma escurridizo quede en oquedad… Oh ¡ revelación espontánea al mirar el cielo¡ vive en el refugio de la montaña, en formas de tierra antigua aún erguida. Navega en intersticios, hendeduras de tus sueños por donde percibes el mundo. Puertas, oberturas, aberturas como cascadas se abren paso entre rocas. La montaña está en cada ventana, en cada mirada. En todas las moradas hay un abrazo en café. Mientras sigo por este camino, y me acompañe el nombre, la invocación.
Paso a paso nos adentramos juntos en esta cueva verde: siguiente enigma para otro timón.
Poema. Enigmas Refulgentes.
Llegué al espacio interior;
forma, imágenes, colores.
La puerta en bruma
señala el lugar:
llueve sobre la luz
se derrama el viento
el calor aguarda
una mirada expulsa
el nacimiento de los verdes
la tierra amarilla germina oros
azul de esperar, el cielo se abre.
La tierra nos abre paso en ocres
contiene memoria de ocoxales y
agudas piedras.Atardece
cae la bruma
y se levanta la montaña, es lo sagrado
que se muestra como es
es la puerta del gozo por el río
desnuda su túnica de color
descalza se hunde
de palabras como agua que
golpea las piedrasdespiertan bajo el limonero,
verdes y húmedos
refulgentes (enigmas )protegen al secreto
honda la presencia de su luz-el ojo que mira a través de la montaña en bruma
y la brevedad de un limón
Abriste el espacio con tu mirada verde
retornamos al círculo de la consagración,
el agua limonada es la corona
ungidos de ser
sentimos una forma tras otra;
encarnas mis palabras
dentro de sus tonos,
esculturas-verso del cuerpo del amor.
La contemplación es esencia
es nuestra forma
la tierra, adentro el fuego y
agua que purifica
nos bañamos de sal
enjugamos los días
renacemos en el manantialdel enigma que nos resguarda
mientras el lago en destellos refulge.
Reseña literaria
Enigmas Refulgentes. Todo poema es un enigma y como todo enigma, esconde una revelación.
Cuando Edna me dijo el nombre de su pequeño poemario Enigma para un limón, sentí que en ese título había algo de ofrenda: no nos habla sobre el enigma de un limón sino que es para un limón.
El poemario es una dádiva que Edna hace al pequeño cítrico verde.
Pensé en las Odas Elementales de Neruda, y luego encontré que Edna también piensa en ellas. Todo, cualquier cosa o sentimiento, por pequeño o” insignificante” que sea, es merecedor de una alabanza. Aquí nos encontramos con un limón, hermoso, verde brillante, fresco, agrio, pequeño, redondo, que, al ser partido, como dice la ronda, nos revela su sol interior.
Del libro Enigma para un limón, escogí el poema Enigmas Refulgentes para desarrollar este pequeño regalo que ofrezco a Edna Aponte ya que me gusta mucho su poesía por sencilla, gozosa, brillante, mandálica, erótica, fresca, misteriosa, ¡justamente por ser como un limón!
Enigmas Refulgentes, enigmas resplandecientes que cubren y habitan el misterio de la vida y que se te revelan cuando Abriste el espacio con tu mirada verde
Es a través del ver que estos versos se van hilvanando: el ojo mira a través de la montaña en bruma
Edna viajera, nos va llevando a través de palabras como aguapor los diferentes lugares que son las moradas para estos Enigmas.
La travesía comienza anunciando un arribo: Llegué al espacio interior; /forma, imágenes, colores.
A través de una puerta: lugar de paso entre dos estados, dos mundos, entre lo conocido y lo desconocido, la vigilia se cierra y se abre el sueño, la puertano está definida, está sin estar, transición hacia el mundo onírico, íntimo y cerrado, personal
La puerta en bruma
señala el lugar:
llueve sobre la luz
se derrama el viento
el calor aguarda
Momento de transición interior en que
una mirada expulsa
el nacimiento de los verdes
Estallido. Detonación. Vuelta al mundo donde la mirada es creadora de realidades, donde el espectador, el que mira, y lo mirado se empatan en un mismo sueño creador.
la tierra amarilla germina oros
azul de esperar,
el cielo se abre.
Cielo y tierra se abren, como puertas, para dar vida.
La tierra nos abre paso en ocres,
contiene memoria de ocojales y
agudas piedras.
La luz es la mirada del tiempo que va pasando sobre la tierra,
Atardece
cae la bruma
y se levanta la montaña
es lo sagrado que se muestra
comoes
Contundencia. Momento sublime, lento, la bruma se disuelve y la montaña aparece, transición en la que se da el encuentro del cielo con de la tierra, la montaña es estable, es inamovible,
es la puerta del gozo por el río
desnuda su túnica de color
descalza de hunde
de palabras como agua que
golpea las piedras
despiertan bajo el limonero
verdes y húmedos
refulgentes(enigmas)
protegen al secreto
honda la presencia de su luz-
La montaña como madre protectora, es la falda que cubre el regazo donde los brillantes enigmas pueden nacer y llevar a cabo su labor, enigmas verdes y húmedos, preciosos enigmas de limón que despiertan bajo el limonero
Al concluir este momento de misteriosas iridiscencias, la montaña deja de ser una masa sólida y se disuelve, se va difuminando, somos testigos y miramos adentro de ella, encontramos otro espacio sagrado: aquél donde el tiempo lineal exterior, el de la impermanencia se funde en un abrazo con el tiempo interior, el mítico, el circular, el de la eternidad.
El tiempo original donde todos somos dignificados.
el ojo que mira a través de la montaña en bruma
y la brevedad de un limón
Abriste el espacio con tu mirada verde
retornamos al círculo de la consagración,
el agua limonada es la corona
ungidos de ser
sentimos una forma tras otra;
encarnas mis palabras
dentro de tus tonos,
esculturas-verso del cuerpo del amor.
Ver que adviene en contemplación, en ese mirar meditativo donde nuestro yo cotidiano desaparece, se silencia; mirar que nos otorga la presencia amorosa de la comunión con el universo, verso único.
La contemplación es esencia
es nuestra forma
la tierra, adentro el fuego y
agua que purifica
nos bañamos de sal
enjugamos los días
renacemos en el manantial
del enigma que nos resguarda
mientras el lago en destellos refulge.
Mientras el lago en destellos refulge, Edna nos invita a ejercer nuestro mirar meditativo. En su poesía los misterios de la vida, de esta gran transición, le hablan, se le revelan en forma de palabras, de imágenes, formas y colores.
Las cosas de la realidad cotidiana dan un vuelco y se desnudan ante su pluma.
Edna, en sus Enigmas Refulgentes nos revela la realidad cósmica que vive en un pequeño limón: el sol que encierra y las semillas que dan vida al limonero.
Para que los ciclos se cumplan, la brevedad de un limón es indispensable.
- (Liliane Hoth, Valle de Bravo, 10 de septiembre de 2015.)
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