Acuérdate
Un método para recordar en el espacio de la ficción
Taller de escritura
La *mnemotecnia del recuerdo o
¿cómo Netzahualcóyolt pregunta?
Yo lo Pregunto
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:Sólo un poco aquí.
El Poeta Netzahualcóyotl, quien vio por última vez a su padre en
manos tepanecas, escribe este poema a la tristeza de lo efímero, a la
fuerza de un instante, a la verdad que si llevamos dentro: vivir aquí
sólo un poco.
Estamos sólo un poco aquí, versa el poeta, nos recuerda a c o r d a r
n o s acuérdate de que no para siempre… sólo un poco aquí. Acordarnos
de ello, nos hace recordar la constante impermanencia, lo que hace de la
historia de vida algo afímero que a su vez permanece, eso es
“acuérdate” Esto es la ficción, el recuerdo mismo.
La vida en dosis de
vidas para ser contadas, tejidas, y reconocernos en la simpleza de sus
hilos, esos de carne y hueso que nos llevan a ser humanos, sólo humanos
que tenemos como labor una vez más; reconocer que no estamos para
siempre en la Tierra, y que todo, absolutamente todo cambia (mientras
haya vida) Asi que como sólo un poco aquí, pues sólo asi se sabe que
todos tenemos la vida en nuestras manos, y sus historias también,
solamente tenemos que “acordarnos”.
"Acuérdate de Urbano Gómez, hijo de don Urbano, nieto de Dimas, aquél
que dirigía las pastorelas y que murió recitando el “rezonga ángel
maldito” cuando la época de la gripe. De esto hace ya años, quizá
quince. Pero te debes acordar de él. Acuérdate que le decíamos el
Abuelo. Sólo que te falle mucho la memoria, no te has de acordar de eso."
(Acuérdate, Juan Rulfo)

De cómo nos acordamos en “Acuérdate”
Recibir el aprendizaje del uso de una herramienta literaria, tiene la
cualidad de la experiencia. Durante dos años he trabajado con grupos de
ciudadanos de la demarcación de Azcapotzalco, quienes traían en su
alforja milenaria sus hermosas historias de vida; para lo cual me di a
la tarea de escucharlos y de aprender de su mano y palabra todo lo que
su corazón y alforja derramaron en la mesa de nuestro taller llamado
“Acuérdate”.
Justamente esta fue la mnemotecnia usada para obtener la ficción o el
relato del recuerdo mismo, decirnos una y otra vez “acuérdate”. Título
que alude al homenaje que quisimos hacer también al mas memorioso de
nuestros escritores mexicanos; Juan Rulfo, quien personalmente leo
constantemente, y no sólo en sus libros sino en el alma que emana de sus
letras: México, leo a Rulfo en los rostros de mis alumnos, en las voces
de sus historias, en las formas que la naturaleza le regaló a nuestro
entrañable país. Leímos su obra y realizamos un proceso creativo a
partir de sus textos, en el ejercicio de “deriva”, derivamos a partir
del ” El llano en llamas”. Está técnica nace la necesidad de cobijo e
inspiración para las escrituras del taller. Una “deriva” nace de un
título o del cuerpo del cuento, el cual nos da elementos para
reinterpretarlo bajo la mirada de “escribidor” que asi lo necesite.
Asi que en este punto quiero agradecer la experiencia al maestro
Rulfo y a los miembros de Acuérdate, nuestro taller de escritura que
domingo a domingo abría su espacio creativo en distintos espacios de la
delegación Azcapotzalco, esta última fase que es ya la tercera, la
llevamos a cabo en el patio de la llamada casa de las bombas, donde los
pájaros nos regalaron varias tonadas y presencia afortunados somos de
escuchar a las aves, de buscar su bendición en cada trino.
Cómo se realizó a sí mismo “Acuérdate”.
Primer acuérdate.
Acudimos a un espacio pleno de luz y aves. Unas buenas mesas y sillas
nos sostienen los utensilios, y ahora si un enorme pizarrón nos dio
mucho espacio para estudiar esta mnemotecnia para escribir las historias
de vida en Azcapotzalco.
Como primer paso, nos damos a la tarea de buscar el centro y motivo de las historias:
a) los alrededores de Azcapotzalco y sus personajes, y la relación que estos motivos tenía con quien estaba narrando.
b) recurrimos a la memoria, al recuerdo de Acuérdate que ya la consideramos como la ficción misma.
c) Con ello emanaron recuerdos y frases con tan solo decir “acuérdate”.
d) Recolectamos una serie de frases que nos llevaron a la memoria, la
caja chintolola, y las frases fueron algo asi como estas: acuérdate de
la esquina dónde se besaron, dónde sale la llorona, acuérdate de la
iglesia, de la hormiga, acuérdate cómo fue tu infancia en tu calle,
acuérdate del jardinero de aqui cerquita, acuérdate de tu primer trabajo
y amigos, acuérdate de ti, de tu propia vida aqui, ahora desde el allá y
el entonces.
Segundo acuérdate.
Hicimos un sin fin de juegos y ejercicios para recorrer en uno de
ellos un “mapa de las coordenadas chintololas “, y este mapa nos llevó a
dos frases y a una hoja en blanco:
a) esas frases nos ayudaron a sumergirnos en el recuerdo mas intenso y
real; una fue ” todo empezó cuando…” y la otra simple frase “el
origen”.
b) la hoja en blanco nos brindó las imágenes para el recuerdo:
abrimos un espacio para nuestro propia “libreta de recortes” en la cual
dimos rienda suelta a los pegotes y las ilustraciones de cuanto tema nos
ayudaba a recordar. La “hoja en blanco” también nos dio el juego de la
palabra y su imagen.
Nos preguntamos qué veíamos en esa página y sus
alrededores, asi que a escribir cuanta cosa se nos daba, rodeamos la
hoja de palabras o frases, y ya la dejábamos como un marco de palabras. y
en el centro, lo que iba a llenar el relato, la frase principal, allí
respondimos claramente: qué veíamos en la hoja en blanco cuando
estábamos sentadas en una banca, o cuando estábamos observando algo, o
en el instante del presente. Y a través de esa mirada nuestros recuerdos
se fueron acomodando, uno tras otro. Y dimos rienda suelta a lo que
sentimos por todo lo que rodeaba los “acuérdate” por Azcapotzalco.
tercer acuérdate
Toda esta forma y modo de usar la palabra, la escritura fue emergiendo y descansando en los temas que cada uno encontraba.
Como etapa de recolección ha sido grato saber cuánto nos queda aún
por escribir, y como cosecha pues nacieron breves “historias de vida”,
asi las consideré en su totalidad, cada uno de los participantes en el
taller ha creado sus textos en este sentido y la suma de ellos es ahora
su propia visión de Azcapotzalco, su propia “historia de vida”. Esta
forma si cumple con lo que se requería para contar lo que nos reúne:
escritura.
Una Historia de Vida, se desprende del género Memorias, Testimonios, y
Crónicas. Solo cambia el impacto digamos del suceso, y el protagonista.
La historia de vida es mas suave digamos, lleva en su centro un corazón
humano que late y late, que cuenta y cuenta, ¿cómo le ha ido a usted en
la vida?
En esta vida de a pie, del día a día, donde solemos ir unas veces a
pie y otras andando. Porque el día a día es lo que teje una verdadera
historia, y la generosidad de una vida. La intención es la memoria y su
identidad, cómo somos, de dónde venimos, adónde vamos; y todo parte como
lo vivimos en nuestro taller de una humilde raíz, del orígen, de
acordarse tan solo.
Dejo aqui en este texto que será recuerdo, las coordenadas para
quienes deseen seguir los pasos, hacer sus huellas, y contar, acordarse y
escribir lo que el corazón trae en su alforja.
Esperamos que esta
mnemotecnia les pueda dar conocimiento para usarla, y sea una
herramienta para que cada uno sepa qué hacer cuando se acuerde, cuando
sienta que esto debería de escribirse. Puedes hacerlo y aqui tienes unos
memoriosos, amorosos recuerdos que te pueden ayudar a seguir ese rumbo
del escribir para compartir quien eres, quienes son ellos, quién eres,
quiénes somos.
“Acuérdate” tuvo 3 ciclos, en dos años, mismos que ahora concluyen
con esta antología de los recordadores chintololos. El taller se abrió a
todos, y llegaron pocos pero escribieron mucho, tal vez por los otros,
por quienes aún vienen por allí, y se unirán a este tejido donde las
historias de vida den esperanza a todos.
Con la esperanza de que estos “acuérdates” sean el detonante para los
tuyos, extendemos una mano de tinta hasta ustedes lectores, para que
hallen este hilo y le sigan, sólo sigan, sigan, escriban, escriban;
“acuérdate…”
Una * mnemotecnia es una técnica, o forma para que la
memoria se acuerde… Una regla mnemotécnica es una oración corta y fácil
de recordar que ayuda de manera artificiosa a relacionar palabras, con
el objetivo de memorizar.
*Estas líneas de recuerdos sean un homenaje mínimo a mi amigo José
Antonio Urdapilleta, quien falleció (2017) en una de las calles de su
pueblo tepaneca. Mi amigo crónista-aqueólogo, quien leyó con su dulce
voz, como nadie lo ha hecho, uno de mis cuentos Pericués, porque él si
sabía quién era la raza cósmica.
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